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La imagen del emprendedor impacta en el éxito de su proyecto

  • Por: Virginia Martínez
  • 5 sept 2018
  • 4 Min. de lectura

Foto: Google

Cuando se empieza un proyecto de emprendimiento y más aún cuando éste se lanza a un mercado empezando de cero, el emprendedor es la principal imagen publicitaria del mismo.

Cada día somos más conscientes de la importancia de la imagen que proyectamos, sabemos que nuestra comunicación empieza con la información que cada interlocutor capta de nosotros en los primeros segundos de nuestro encuentro. Esto es, determinar al levantarnos qué queremos lograr con las actividades que vamos a realizar y es entonces cuando podemos establecer para qué objetivo nos vestiremos o lo que es lo mismo, qué queremos comunicar para el logro de los objetivos del día. Una vez sepamos lo anterior, escogerémos esas prendas y accesorios que nos permitirán proyectarnos de la forma correcta.

Es una realidad latente que estamos en una era visual donde, según estudios europeos, la imagen cobra más del 90% de la importancia de toda comunicación que se quiere transmitir y más aún si es con un fin publicitario. Desde 1975, John T. Molloy ha estado escribiendo sobre resultados de investigaciones científicas de los efectos de la ropa en el éxito de una persona en la vida comercial y personal. Su primer libro, Dress for Succes, nos muestra mediante resultados de investigación que lo que llevamos puesto afecta la manera como los demás nos ven y en qué medida nos mostramos confiables.

El emprendimiento nace de la ilusión de un espíritu soñador, muchas veces enfocándose completamente en el producto y dejando de lado herramientas requeridas para que ese producto se sostenga en el mercado implicando completo sacrificio, dedicación, perseverancia y paciencia.

Crear un nuevo negocio significa en muchos casos, desarrollar la necesidad del producto y su nicho de mercado; enfrentarse a nuevos retos, tocar muchas puertas y relacionarse con nuevas personas, lo que también se convierte en oportunidades que resultan siempre como una hoja en blanco, donde existe la ventaja de poder escribir en ella la historia que permita un escenario para el éxito; se convierte entonces el emprendedor por sí mismo en la herramienta más importante para impulsar y posesionar el producto dentro de su nicho de mercado. Velar por cumplir con aspectos que aseguren el éxito del producto, es tan importante como saberlo vender y proyectarlo.

Pensemos entonces si emprender lleva implícito tocar nuevas puertas y ampliar las redes de contactos, estamos hablando de múltiples oportunidades de crear una adecuada primera impresión. Durante los primeros segundos de todo primer encuentro, estamos intercambiando información de nuestra personalidad con nuestro interlocutor. De lo anterior surgirá la idea que la otra persona tenga siempre presente de ti, va a fijar la forma como te trate y te considere, en adelante tus acciones determinarán y demostrarán que lo proyectado al principio de la relación es cierto. La primera impresión es una oportunidad de oro que se debe abordar con total dominio de lo que quieres proyectar.

El emprendedor cuya imagen proyecta cualidades como seguridad, confiabilidad, seriedad y/o profesionalismo, se enfrenta a su mercado objetivo con mayores ventajas, puesto que esa imagen será transmitida al producto que representa. Los proyectos innovadores y los nuevos emprendedores requieren de un mayor trabajo porque necesitan demostrar que son competentes y confiables. Si este primer paso se logra exitosamente y luego, si tanto la sustentación del proyecto como el producto en si son bien fundamentados y de interés, el triunfo será un hecho.

Entrando en los detalles

Las prendas de vestir, los accesorios y la forma de llevarlos puesto revelan de cada individuo que los porta gran cantidad de información. Es una comunicación que emite nuestro físico al relacionarse con lo que llevamos puesto; informa quienes somos, nuestros gustos y hasta nuestros hábitos, toda esa información es traducida en valores y cualidades por parte de nuestros receptores. Es así como podemos proyectar en qué medida somos personas cuidadosas, confiables, creíbles, preparadas y/o profesionales.

¿De qué forma estamos mostrando que una persona es cuidadosa con los detalles? Al llevar una higiene personal impecable, limpieza total en nuestras prendas de vestir, dientes, uñas y cabello bien acicalado y por supuesto que los documentos y productos estén muy bien portados, organizados, limpios y sin arrugas.

Una imagen natural

Lo ideal como emprendedores es que publicitemos nuestro producto con nuestra imagen personal, lo hacemos tomando las características o cualidades más importantes de nuestro producto y reflejándolas siempre en nuestra apariencia. Por ejemplo, si nuestro producto o servicio se caracteriza por ser confiable y seguro, la apariencia del emprendedor debe ser impecable en cuanto a la higiene pues con esto estará siempre diciendo que cuida todos los detalles y que así mismo es con su producto, además deberá vestir con prendas tradicionales en cortes y colores, puesto que lo conocido siempre aporta tranquilidad y confianza.

En la medida en que te veas con una imagen asertiva y tu postura corporal bien erguida, lograrás potenciar tu autoestima mostrándote seguro y tranquilo, a su vez, generarás con facilidad empatía. No hay que olvidar que el emprendedor promueve su negocio, pero también a sí mismo.

Por: Virginia Martínez O.

Asesora Imagen Personal y Empresarial

LCI, Barcelona - FIT, New York

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